Baladas de primavera, de Juan Ramón Jiménez

El poeta español Juan Ramón Jiménez, autor de gran talento que llegó a ganar el Premio Nobel de Literatura y a quedar en la memoria de millones de lectores gracias a la excelente descripción que realizó del burro Platero, ya había logrado publicar varios trabajos cuando, en 1910, decidió ampliar su producción literaria a través de «Baladas de primavera».

Al momento de dar a conocer este material que no consiguió maravillar a la crítica pero pudo mantener a través del tiempo su capacidad de atraer a numerosos aficionados a la lectura, el escritor era ya reconocido a nivel internacional gracias a títulos como «Almas de violeta», «Arias tristes», «Jardines lejanos» y «Las hojas verdes».

«Baladas de primavera», por lo tanto, no hizo una diferencia en cuanto a fama, pero sí sirvió para que Juan Ramón Jiménez renovara su acercamiento hacia los lectores. En esta antigua obra, el español hace referencia a las flores para demostrar cuán inspiradora puede llegar a ser la naturaleza en materia poética.

Una de esas joyas de la flora que apareció mencionada en el libro es la rosa roja, una flor que impulsó al autor a elaborar la frase «¡Allá va el olor de la rosa!¡Cógelo en tu sinrazón!», un verso que no pasaría desapercibido ya que fue el elegido, hace unas décadas, para personalizar los billetes de dos mil pesetas que llegaron a emitirse con la imagen de Juan Ramón Jiménez.

Tal vez muchos de ustedes no encuentren en el contenido de «Baladas de primavera» un motivo fuerte que los impulse a conseguir un ejemplar de la obra, pero si les agrada la idea de viajar en el tiempo y descubrir viejos tesoros del mundo de las letras, no olviden bucear en el legado de poetas como el padre de Platero para hallar bellas estrofas como las que componen a este material que, en esta oportunidad, Poemas del Alma ha querido rescatar del olvido.