El deseo de poner a disposición de ustedes información vinculada a libros que puedan resultar de su agrado e interés nos lleva, en esta oportunidad, a hacer referencia al contenido de «La balsa de piedra», una de las tantas obras que ha escrito el portugués José Saramago a lo largo de su extensa trayectoria.
Esta novela que se dio a conocer en 1986 pretende seducir al lector valiéndose de un argumento audaz centrado en la separación física entre el continente europeo y la Península Ibérica.
Según se cuenta en este relato, este alejamiento fue generado por el surgimiento espontáneo de una grieta que llegó a atravesar de punta a punta a los Pirineos y provocó, de este modo, una gran isla flotante. Sin ayuda de remos ni velas que pudieran conducirlo, este bloque se mantuvo a la deriva, con dirección al sur.
Tiempo después, los pueblos peninsulares dejaron de tener un destino incierto para pasar a tener la posibilidad de conocer y estrechar lazos con las comunidades situadas al otro lado del Atlántico. Gracias a ese encuentro cultural, se produjo en aquellos parajes el inicio de un proceso que llegó a desafiar el asfixiante dominio ejercido por Estados Unidos.
Desde el punto de vista de Saramago, «La balsa de piedra» es una novela «profundamente ibérica» que surgió de su necesidad personal de demostrar que Portugal y los pueblos españoles «comparten una cultura que no es rigurosamente europea».
A juzgar por el también creador de obras como «Memorial del convento», «Las pequeñas memorias», «Ensayo sobre la lucidez» y «El Evangelio según Jesucristo», entre otros trabajos de trascendencia internacional, el espíritu que caracteriza a esos países es tan fuerte y particular que «los pueblos de la Península deberían hacer un gran esfuerzo de entendimiento mutuo para resistir las presiones de la cultura europea».
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