Cuando el 22 de julio de 1990 Manuel Puig partió de este mundo, muchos amantes de las letras consideraron que la literatura argentina, en algún punto, había quedado huérfana ante la pérdida de tan destacado exponente. Sin embargo, la ausencia física de Puig no condenó al olvido a sus obras, sino que sus trabajos aún son valorados por numerosos aficionados al ámbito literario.
Como no todos los lectores conocen el legado de este hombre que nació en la provincia de Buenos Aires el 28 de diciembre de 1932, en esta oportunidad Poemas del Alma ofrecerá información sobre «Boquitas pintadas», una de sus más recordadas novelas.
Este material que surgió en 1969, meses después del lanzamiento del ya mencionado «La traición de Rita Hayworth», fue ideado en formato de folletín y se difundió en 16 entregas.
En un principio, su contenido sólo podía ser apreciado a través de la lectura pero, a partir de 1974, el relato fue disfrutado también a través de la pantalla grande gracias a la adaptación que hizo de él el realizador argentino Leopoldo Torre Nilsson.
«Boquitas pintadas» es una propuesta que cautiva mediante una exquisita combinación de amor, muerte y pasión. Su acción se desarrolla entre 1934 y 1968 en un pueblo de la provincia de Buenos Aires.
Según expresó su creador en una oportunidad, el título de la novela posee un marcado perfil tanguero ya que está inspirado en «Rubias de New York», una canción de Carlos Gardel que dice: «Deliciosas criaturas perfumadas, quiero el beso de sus boquitas pintadas».
A la hora de darle forma a este experimento, Puig no sólo aprovechó su imaginación, sino que también se valió de numerosos recursos literarios que le permitieron jugar con la estructura del texto y convertir a este folletín en una novela brillante que, con el tiempo, fue capaz de transformarse en un clásico de su género.
Si sienten curiosidad por la trama, no tienen más que leer la obra o conseguir su versión cinematográfica.
Comentarios2
Definitivamente un verdadero escritor puede morir, pero no su obra y está demostrado con el presente tema, que nos habla de los numerosos aficionados que siguen valorando los trabajos de Manuel Puig, aún después de su muerte.
Gracias Verónica Gudiña por su interesante tema.
Saludos
Lena
Buenisima referencia sobre los libros de este autor,. Gracias.
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