Los verdaderos amantes de la lectura saben que, con un buen libro, la rutina puede romperse en cualquier momento y hacer que el día se vuelva entretenido y provechoso. Por fortuna, hoy en día existen numerosos títulos dignos de ser apreciados y esa variedad permite que cada uno pueda hallar pronto una opción literaria que se adapte a las preferencias personales.
Quienes sienten debilidad por el legado de figuras que ya no están presentes de forma física, por ejemplo, saben que todavía es posible encontrar ejemplares de propuestas antiguas y sorprenderse con ellos aún cuando se trate de clásicos cuyos contenidos hayan sido popularizados a nivel internacional de diversas formas.
La búsqueda de viejas historias puede hacer que recobren vigencia trabajos como «Las aventuras de Tom Sawyer» y «Las aventuras de Huckleberry Finn», por citar algunas de las creaciones de Mark Twain, el escritor estadounidense que nació en Florida el 30 de noviembre de 1835.
De la autoría de este hombre que solía decir que «nada necesita tantas reformas como las costumbres de los demás», como sabrá más de un aficionado a la literatura, es también «Cabezahueca Wilson», un relato que se publicó por primera vez en 1894. Esta obra que posee elementos propios de la comedia, el drama, la novela detectivesca y el folletín constituye, según han dicho los críticos que examinaron el texto, un fuerte alegato contra la esclavitud y los prejuicios raciales.
Aunque el paso del tiempo haya reducido la popularidad a escala mundial de «Cabezahueca Wilson», este libro que a partir de hoy tendrá su propio espacio en Poemas del Alma resulta interesante de leer porque, además de generar entretenimiento, permite disfrutar la maestría narrativa de Mark Twain y conocer, desde la ficción, qué pensaba este talentoso autor sobre cuestiones de trascendencia universal como lo es la esclavitud.
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