El escritor británico Clive Staples Lewis (quien solía firmar sus obras como C.S. Lewis), se convirtió en un autor admirado por millones de niños y jóvenes de distintas partes del mundo gracias a la colección titulada «Las crónicas de Narnia», pero su talento para la escritura no surgió con la difusión de esta exitosa saga sino varios años antes.
Los lectores más experimentados que hayan tenido oportunidad de conocer la trayectoria de Lewis saben, por ejemplo, que este hombre nacido en la ciudad de Belfast el 29 de noviembre de 1898 ya había hechizado a numerosos aficionados a la literatura a través de la llamada «Trilogía cósmica» y «Cartas del diablo a su sobrino», un material que el novelista quiso dedicarle a su colega y amigo J.R.R. Tolkien.
«Cartas del diablo a su sobrino» es un libro que se publicó por primera vez en 1942 y, desde entonces, ha sido objeto de múltiples traducciones y análisis por parte de numerosos expertos.
A juzgar por la trascedencia que ha tenido esta opción de lectura que integra el legado de C. S. Lewis, esta propuesta de perfil satírico y temática religiosa cautiva a simple vista y, en líneas generales, deja satisfechos a quienes confían en ella.
Las páginas que componen la obra ofrecen una recopilación de artículos que aparecieron bajo el título de «Las cartas de Escrutopo» en el ya desaparecido periódico «Manchester Guardian».
En ellos, se reproducían supuestas enseñanzas que un demonio anciano le proporcionaba a su joven sobrino, un demonio principiante que aún no sabía cómo debilitar la fe de los seres humanos y convencerlos de cometer pecados.
Como era de esperarse frente al tipo de temática desarrollada en esos textos, las cartas no sólo no pasaron desapercibidas sino que generaron distintos tipos de reacciones. En una oportunidad, por ejemplo, un sacerdote rural que solía ser lector habitual del «Manchester Guardian» le escribió al director del diario para contarle que «muchos de los consejos que se daban en esas cartas», además de erróneos, «eran decididamente diabólicos».
Pese a esa clase de opiniones, con el tiempo esos artículos se convirtieron en célebres ya que fueron reunidos en un libro que no tardó en acumular admiradores de distintas nacionalidades. Si les divierte la idea de descubrir cómo y qué escribe un demonio, recuerden adquirir un ejemplar de «Cartas del diablo a su sobrino».
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