Si tienen la costumbre de seleccionar novelas que, más allá de entretenerlos con historias de ficción, los conduzcan hacia el camino de la reflexión y les regalen motivos para ver más allá de lo que está escrito en el libro, apunten como opción a tener en cuenta «Chesil Beach».
Este título forma parte de la producción literaria de Ian McEwan, el escritor inglés que también está detrás de propuestas como «Jardín de cemento», «Niños en el tiempo», «Entre las sábanas» y «Los perros negros».
El material, que en palabras del autor Eduardo Mendoza es una creación «espléndida, emotiva, inteligente, absorbente y equilibrada», consigue cautivar a más de un lector valiéndose de una historia de gran verosimilitud y narrada con intensidad donde hay espacio para el misterio, las contradicciones y las evocaciones costumbristas.
«Chesil Beach» le propone a todo aquel que decida bucear por sus páginas sumergirse en un relato ambientado en la Inglaterra de la década del 60 donde los protagonistas son Florence y Edward.
Sus raíces son distintas, pero el destino los ha unido y ellos deciden sellar ese amor con un casamiento. Ambos son inocentes y cargan en sus espaldas con experiencias que los hacen similares pero, al mismo tiempo, plantean una distancia entre ellos.
Entre un marido y su mujer debería existir la intimidad, pero la falta de deseo sexual puede llevar a la más enamorada de las parejas a ver perjudicado el vínculo. Los jóvenes e inteligentes Florence y Edward parecen no ser la excepción y esta problemática los envuelve en una atmósfera que lleva a pensar en qué hay detrás de un aparente desinterés sexual: ¿incomunicación? ¿prejuicios? ¿incapacidad para identificar limitaciones propias?
Sin dudas, se trata de una trama de asombrosa profundidad que permite a cada lector obtener su visión personal sobre una misma historia que le quita el velo a una época digna de conocer y recordar si se quiere ampliar los conocimientos culturales.
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