Este año se cumple una década desde que la escritora española Dulce Chacón, la responsable de títulos como «Las palabras de la piedra» y «Algún amor que no mate», publicó «Cielos de barro», una novela que la autora dedicó a su padre, el poeta Antonio Chacón.
Esa obra que le permitió ganar, en el año 2000, el Premio Azorín es capaz de intrigar y conmover al lector con una historia atractiva donde hay espacio para la descripción de una tragedia familiar y referencias hacia la guerra civil de 1936-1939.
En «Cielos de barro» hay muerte, injusticia, venganza y odio, pero también hay amor, entrega y pasión. Su argumento, al igual que los personajes, es ficticio, pero tiene una base real que es la que le da sustento a este relato que Chacón elaboró inspirada en una gran cantidad de anécdotas familiares.
Según señaló la autora al ser entrevistada por MujerActual.com, esta novela donde un asesinato marca el perfil de la trama encuentra en Don Antonio, un viejo alfarero republicano sin cultura, una figura importante y necesaria a nivel social porque él, al reivindicar la inocencia de su nieto, defiende también la ingenuidad de «todo un pueblo que ha sido sistemáticamente anulado y olvidado» y que, sin embargo, ha empezado a recomponerse y a recuperar su identidad, tal como ha ocurrido con Extremadura.
Por sus características, «Cielos de barro» no es una opción capaz de satisfacer las expectativas de todos los seres humanos. Para disfrutar su contenido y poder valorarlo hay que estar dispuesto a enfrentarse a un libro extenso, a no sentirse intimidado por las expresiones agrestes y extremeñas incluídas por la autora y a saber distinguir cuánto hay de real y cuánto de ficción en este relato que recrea el ambiente que se vivía durante la Guerra Civil Española.
Comentarios1
E$xcelente artículo que habla sobre las destrezas y talento de una escritora que rtribuyó a su padre en esta forma tan hermosa, escribiéndole un libro.
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