Diez negritos, de Agatha Christie

En 1939, Agatha Christie, la escritora británica de mente brillante que aún sorprende por la calidad y originalidad de sus intrigantes novelas policíacas, volvió a sorprender a sus admiradores con «Diez negritos», un relato repleto de muerte y misterio cuya trama parece girar en torno a una vieja canción infantil.

Esa melodía, muy popular entre personas de diversas generaciones y nacionalidades, es la que comienza en el número diez y va quitando elementos o personajes hasta llegar a cero. En el caso de esta historia ambientada en la costa de Devon, donde un desconocido señor había reunido en su mansión a diez personas (entre las que se encontraban el joven Anthony Marston, el detective William Henry Blore, el aventurero Phillip Lombard y el juez Lawrence Wargrave), el tema podría cantarse así: «Diez negritos se fueron a cenar, uno se ahogó y quedaron nueve. Nueve negritos trasnocharon mucho, uno no despertó… y quedaron ocho»: así, por supuesto, hasta anunciar que «no quedó ninguno».

La canción parece entretenida, pero cuando uno lee esta apasionante novela se da cuenta de que cada uno de los individuos citados en la canción perdió la vida en medio de un ambiente extraño que comenzó a surgir tras la cena, cuando alguien los responsabiliza de un crimen. Desde entonces, lo que parecía ser una broma macabra, no dejó de convertirse en una horrible y tensa realidad de la cual ninguno saldrá vivo. Por supuesto, para descubrir el móvil de estos asesinatos y quién es el autor sólo hay que leer la novela de forma completa.

Cabe destacar que fue tanta la fascinación que generó esta propuesta literaria que, con el paso del tiempo, «Diez negritos» no sólo fue traducida a numerosos idiomas, sino que también sirvió de base para la creación de dos películas y un videojuego para PC y Wii.