El 24 de noviembre de 1898, cuando los fanáticos de las aventuras que narraba Julio Verne ya habían conocido relatos como «Las tribulaciones de un chino en China» y «La vuelta al mundo en 80 días», se editó por primera vez de forma completa «El soberbio Orinoco», una novela popularizada a partir de su aparición en «Magasin d»Education et de Récréation».
Aunque este libro no es uno de los más recordados del autor francés, su trama resulta tan interesante como las de aquellas obras que lograron, gracias a su trascendencia, quedar en la historia como los trabajos más sobresalientes de este escritor. Por esa razón, vale la pena descubrir qué historia se oculta entre las páginas de este material que Poemas del Alma hoy ha querido rescatar del olvido.
Uno de los primeros datos que surge al leer el título de esta novela es que el relato tiene como escenario al Orinoco, uno de los ríos más largos de Sudamérica. Este curso de agua que nace en el cerro venezolano Delgado Chalbaud y es navegable en la mayor parte de su extensión es, en esta oportunidad, testigo de las vivencias de un grupo de personas que deciden unirse para dar con el paradero de un hombre.
Según se advierte al dejarse atrapar por la propuesta, en «El soberbio Orinoco» la acción se desencadena a partir de que Juana de Kermor decide poner en marcha un plan para reencontrarse con su padre, el coronel Kermor.
Como no le es posible viajar como mujer, la protagonista resuelve disfrazarse de hombre y, escondida tras una identidad falsa que la ha convertido en un tal Juan, emprende en compañía de un sargento que se hace pasar por su tío el viaje que le permitirá volver a ver a su progenitor.
En el marco de esa travesía, ambos conocerán a varios venezolanos y a un grupo de franceses que no dudarán en sumarse al plan de búsqueda del coronel Kermor.
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