No es novedad que los libros pueden generar polémica y movilizar emociones de todo tipo. Tampoco es noticia la sencilla ecuación que implica que, a mayor polémica, habrá mayor difusión para la obra (y con eso, mayores posibilidades de incrementar las ventas). En las últimas semanas vimos como Elisa Beni perdió su empleo tras publicar un libro sobre los juicios por los atentados terroristas de 2004 en Madrid. También nos enteramos de la furia de la ex esposa del presidente francés Nicolas Sarkozy por la publicación de una biografía no autorizada.
Por estos días, la hijastra del pintor Pablo Picasso ha sido otra personalidad pública que expresó su malestar por la aparición de un libro. Catherine Hutin-Blay, tal es el nombre de la descendiente del artista, presentó tres denuncias penales contra Pepita Dupont, la autora de “La vérité sur Jacqueline Picasso” (“La verdad sobre Jacqueline Picasso”).
Dupont escribió que la madre de Catherine, antes de quitarse la vida en 1986, había organizado la donación de 61 obras de Picasso a España, algo que fue desmentido por la hijastra del pintor. Según el libro, Hutin-Blay exigió el regreso a Francia de las obras que su madre había donado a España.
A las tres denuncias de Catherine se le suma otra realizada por Marina Picasso, la nieta del artista malagueño, quien acusó a Dupont por “difamación”, luego de que la escritora afirmara que su hermano Pablito era adicto a las drogas. Cabe destacar que Dupont, periodista de “Paris Match”, era amiga íntima de la viuda de Picasso.
La autora dijo no estar preocupada por las acciones legales, ya que afirma tener pruebas de todo lo que publica y “una decena de testigos dispuestos a venir al Tribunal”. Dupont opinó que “lo que es interesante es toda la gente que no me ha denunciado y cuya actuación cuestiono también en el libro”.
Las cuatro denuncias de los Picasso serán reunidas en un mismo juicio, que ya tiene una audiencia prevista para el próximo 5 de febrero.
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