Ha sido publicado el libro de poemas Habitación tercera, del poeta paraguayo Miguel Ángel Caballero Mora, con el sello de Ediciones la República.
Pareciera que el vate intenta traducir, a través de sus versos, buenos, ciertamente, un mundo donde la aflicción íntima de vivir es la constante. Cierto que él escribe líneas de amor, cierto que sus palabras tienen un flujo torrencial, mas se ve venir, a través de Habitación tercera, un derrumbamiento de la fe y de toda creencia. Hay algo (o tal vez mucho) de disconformidad suya ante el mundo. Se sabe que los poemas de gente dedicada a escribir poesía tienen una intimidad complejísima. Esa intimidad llama la atención de los lectores, y en el caso de Caballero Mora, también.
Reventando la envoltura de lo esquemático, de todo lo vertical y banal, los versos de Miguel Ángel Caballero Mora corresponden al comportamiento de la poesía que se desata, para abrirse, libre, auténtica y genuina, ante los ojos de la gente. Las anécdotas agradables y desagradables de la existencia humana pasan por este libro.
Muchos poetas viven, o sobreviven, con su grandeza solitaria. El esplendor solitario del día toca los ojos de los vates diariamente. Pero la poesía, a la que acuden como aves peregrinas los poetas, es, a veces, de por sí, un obstáculo. Vaya contradicción. Creo que Miguel Ángel Caballero Mora toma la palabra con inquietud, creatividad y conciencia. Y eso, estimados lectores, ya es un gran logro.
Me espero hasta aquí
Digo el último trago
Para poder informarme
Del curso de las estrellas
Digo dicen que ellas conversan a solas
Hasta que dicen por nosotros
Todo lo que va a pasarnos
Pero entonces qué pasa que no hablan de ella
Las estrellas, el beso
Podría estar vivo
En la punta de la lengua una gota de la luz
Para todas estas aguas que han pasado
Mientras hablan su lengua líquida las estrellas
Y se derraman en silencio
De lento río cansado
Por toda la ignominia
Han pasado muchos peces aquí por la bahía
De la madre de las ciudades
Asunción no los oye pero los peces hablan
Muy atentos bajo el agua cuando pasan por el codo
Más escondido del mundo
Que el que no puede desvestirse
Hasta aquí no llega la ropa
Y por eso señores disculpen los modales
Miguel Ángel Caballero Mora
Escrito por Delfina Acosta en el Suplemento Cultural del diario ABC (Paraguay)
Comentarios1
Cuando era niña, tengo 60 años, mi padre y mis primos vivían aún en ese tiempo de inconformidades por muchas, cosas incluyendo la vida misma,tenían sus puntos de reuniones de poetas y la musica que ellos les gustaba de diferentes protestas en fin. Suscomplejas vidas y forma de vivir para mi eran incomprensibles, pero ahora leyendo este reportaje de Habitación tercera, comprendo perfectamente al protagonista. Felicitaciones Delfina .
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