Hermosos y malditos, de F. Scott Fitzgerald

Si en sus bibliotecas personales, además de títulos elegidos por ustedes, atesoran obras heredadas de parientes y amigos, quizás tengan en su poder «Hermosos y malditos», un trabajo lanzado en 1922 que tiene a F. Scott Fitzgerald como autor.

Si hasta ahora no habían reparado en él, este artículo puede llegar a acercarlos hasta ese antiguo material de perfil costumbrista donde se describen las glorias y miserias de una pareja de ricos. Si ya conocen su contenido, en cambio, los párrafos siguientes no les aportarán ninguna información, sino que los hará recordar un clásico de la literatura norteamericana que, por las características de su trama, aún es apreciado por numerosos expertos.

En «Hermosos y malditos», el también creador de obras como «El curioso caso de Benjamin Button», «El gran Gatsby» y «Suave es la noche» recrea de modo brillante el mundo de la clase alta de los felices años veinte y logra retratar con exactitud a una sociedad hedonista donde la belleza y la fortuna eran tan deslumbrantes como efímeras.

Los protagonistas de la historia son Anthony Patch, de Nueva York, y Gloria Gilbert, de Kansas City. Las vivencias de esta pareja recién casada le sirven a F. Scott Fitzgerald para abordar no sólo la decadencia del matrimonio sino el ocaso de un estilo de vida que parecía ideal, pero que sólo era una ilusión despreciable y fugaz.

Aunque «Hermosos y malditos» sea, a esta altura, un libro viejo, quien se interese por su contenido descubrirá que en su trama hay referencias que, si bien están asociadas a un momento histórico en particular, pueden adquirir un carácter universal capaz de trascender épocas y límites geográficos.

Si tienen a su alcance un ejemplar de este interesante trabajo de Fitzgerald y les resulta atractiva la temática planteada en su argumento, no duden en disfrutar este relato que, en español, se ha dado a conocer como «Hermosos y malditos».