En 2002, la escritora española Dulce Chacón amplió su producción literaria a través de «La voz dormida», un material que terminaría por ser su última novela ya que un cáncer provocó que la vida de esta autora llegara a su fin el 3 de diciembre de 2003.
Por este relato, la Concejalía de la Mujer del Ayuntamiento de Móstoles le otorgó el Premio 8 de Marzo, la Federación de Asociaciones de Mujeres Progresistas de Valencia la reconoció con un galardón, se le concedió el Premio del Gremio de Libreros de Madrid al Mejor Libro del Año y se la distinguió con el Premio Cartelera Turia.
Según reconoció en una oportunidad la creadora de esta propuesta, en este libro la historia ha sido suavizada porque «la ficción no soporta tanto horror». Aunque la base de la trama es real y antes de elaborarla mantuvo conversaciones con algunas mujeres que lucharon con el bando republicano, soportaron la represión del franquismo y sobrevivieron a un hacinamiento inhumano en distintas cárceles, Dulce Chacón siempre se encargó de aclarar que «La voz dormida» no es un documento sobre la Guerra Civil, sino una propuesta literaria enmarcada en la ficción.
Quien lee «La voz dormida» encuentra un texto extraordinario y conmovedor donde el protagonismo lo tiene un grupo de mujeres que, desde la madrileña prisión de Ventas, se enfrenta a humillaciones, torturas y consecuencias fatídicas con dignidad y coraje. Pese a ver sido relegadas al ámbito doméstico, estas heroínas lograron reunir el valor y la fuerza suficientes para luchar por un mundo más justo.
Como resulta evidente, para elegir esta obra como opción de lectura debe existir algún tipo de interés por las novelas de perfil histórico, por las historias donde el papel central recae sobre personajes femeninos o, simplemente, por la producción literaria de esta talentosa española que, además de «La voz dormida», publicó trabajos como «Algún amor que no mate» y «Cielos de barro».
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