En 1957, un año después de haber lanzado «El Arco y la Lira», el escritor mexicano Octavio Paz se encargó de ampliar tanto su producción poética como ensayística a través de «Piedra de sol» y «Las peras del olmo», respectivamente.
Este último permite a los amantes de la literatura conocer, a través de una recopilación de textos, el desempeño del también creador de obras como «Pasado en claro» y «Árbol adentro» en el ámbito del periodismo literario.
Como resulta evidente, a la hora de bautizar a este trabajo que precedió a «Libertad bajo palabra», el poeta nacido en la Ciudad de México el 31 de marzo de 1914 optó por inspirarse en una expresión popular que, a través de la mención de un árbol y un fruto, intenta hacer referencia a lo inútil que resulta exigir demasiado o pretender lograr cosas imposibles.
«Pedirle peras al olmo» es una frase que se utiliza cuando no hay esperanzas de que algo suceda, tal como puede ocurrir cuando, por ejemplo, alguien sueña con obtener un gesto solidario por parte de un ser egoísta.
Consciente de su significado, Octavio Paz quiso valerse del dicho popular para dirigirse al hombre, una especie que, según sus palabras, «es el olmo que da siempre peras increíbles».
El ser humano, para bien o para mal, siempre es capaz de sorprender. De él brotan conductas inesperadas y, por lo tanto, de él pueden esperarse acciones inimaginadas. Paz lo quiso homenajear, pues, a través de un libro interesante donde hay espacio tanto para la poesía mexicana como para una gran variedad de reflexiones. Incluso, en las páginas que componen la propuesta hay hasta una aproximación a la literatura oriental.
Comentarios3
Interesante la referencia sobre el autor mexiccano Octavio Paz que escribió el libro "Las peras del Olmo" por cual seguramente quiso influenciar con sus pensamientos las inviabilidades del hombre, sería interesante leer este libro para profunidzar sobre los conceptos de este autor.
Esperar que el olmo dé peras.
¡¡ Vaya paradoja !!
Pero las palabras de Paz, siempre profundizando en el alma humana, y en el alma colectiva, nos sorprenden al ver que el hombre es capaz de acciones inesperadas.
excelente artículo, viva los escritos de Otavio Paz!
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