Con la lectura de «Memnoch el Diablo» no sólo se consigue conocer la continuación de «El ladrón de cuerpos» sino que también se llega a la mitad de las «Crónicas vampíricas», la increíble serie de novelas fantásticas que creó, ya hace varios años, la talentosa escritora estadounidense Anne Rice.
Si «Entrevista con el vampiro» logró que millones de lectores sintieran fascinación por el mundo de los vampiros con la presentación de Lestat de Lioncourt, su secuela («Lestat el vampiro») reforzó ese interés y «La reina de los condenados», al igual que «El ladrón de cuerpos», sumó detalles para incrementar el fanatismo de muchos por esta colección literaria, «Memnoch el Diablo» aparece como un aire de renovación para la historia.
Si bien todos los títulos hasta ahora mencionados se enmarcan en una misma serie de relatos y giran en torno a un mismo protagonista, la lectura de cada uno de los libros jamás agota al lector porque, en cada uno de ellos, se narran vivencias distintas. En el caso de la obra que nos convoca en esta oportunidad, por ejemplo, Lestat, después de convencerse de que ha agotado la fuente del conocimiento, decide comenzar a vivir con la mayor serenidad posible.
Sin embargo, un misterioso ser, al que él parece no dominar, lo persigue. Quien está tras los pasos de Lestat es una criatura de grandes dimensiones, poco agradable y de tonalidades negras que se presenta como Memnoch.
Esta figura misteriosa no es otro que el diablo, quien busca el consentimiento de Lestat para librar una batalla contra Dios.
¿Podrá el protagonista negarse a semejante propuesta? ¿Querrá Lestat aliarse con Memnoch? ¿Habrá consecuencias a partir de este extraño y oscuro vínculo? Los interrogantes son muchos, pero si la historia planteada por Anne Rice les resulta de interés, no pierdan tiempo llenándose de dudas y comiencen a leer este libro. Cuando lleguen al final de la obra, no sólo tendrán varios enigmas develados sino que también sentirán ganas de iniciar la lectura de «El vampiro Armand», el sexto libro de la colección.
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