Muerte en las nubes, de Agatha Christie

Si uno investiga un poco y logra encontrar archivos literarios de 1935 descubrirá que, entre todos los libros publicados durante ese año aparece «Muerte en las nubes», una obra elaborada por Agatha Christie que se difundió meses después del lanzamiento del siempre recordado «Asesinato en el Orient Express».

Quizás el título no les ayude a recordar detalles del relato pero, si tuvieron oportunidad de conocer la trama, no tengan dudas que, a partir de la lectura de los párrafos siguientes, se les refrescará la memoria y podrán acordarse de las particularidades de esta historia. Quienes no lo conozcan, por su parte, encontrarán en este texto la posibilidad de descubrir un material interesante que les puede llegar a hacer más entretenidas las tardes de verano.

Aunque gran parte del desarrollo de «Muerte en las nubes» transcurre en las alturas, es en tierra firme donde se descubre que Madame Giselle está muerta. Esta mujer, famosa por su actividad como prestamista, era una de las catorce pasajeras del Prometheus, un avión-correo que despegó del aeropuerto parisino de Le Bourget.

En la aeronave también se encontraba Poirot, el sagaz detective que tiene en su haber numerosos casos de misterio resueltos. Este investigador será quien se encargue de descubrir la identidad de la persona que asesinó a esta dama cuyo cadáver sólo presentaba un pequeño pinchazo en la zona del cuello. A sus pies, además, alguien se había encargado de dejar un dardo (de esos que solían lanzar los indios sudamericanos con cerbatana) envenenado.

«Muerte en las nubes» es uno de los tantos relatos apasionantes que la reina del crimen le regaló a la humanidad. Si les gusta su estilo y han disfrutado narraciones como las de «Matrimonio de sabuesos», «El misterio del tren azul», «El misterioso caso de Styles» y «La muerte de Lord Edgware», no duden en conseguir un ejemplar de este maravilloso libro.