Muerte en el Nilo, de Agatha Christie

En 1978, el cineasta John Gillermin lanzó un filme que permitía disfrutar en formato audiovisual un material que tiempo antes había sido contado por la brillante Agatha Christie sin sonidos ni imágenes, sino sólo con palabras.

Las dos opciones pueden ser apreciadas hoy en día, pero en esta oportunidad sólo vamos a recordar la versión original de «Muerte en el Nilo», tal el título del libro que hoy rescataremos del olvido.

La obra, una apasionante novela de perfil policial, se dio a conocer por primera vez en 1937. En ella aparece mencionada Linnet Rideway, una privilegiada joven que parece tenerlo todo.

Su amiga Jacqueline de Bellefort, en cambio, es una muchacha que, pese a ser hermosa, no tiene la misma posición económica que Linnet: su fortuna no es económica, sino espiritual, ya que cuenta con el amor de su prometido Simon Doyle. Sin embargo, las vueltas de la vida hacen que esa relación se frustre y sea Linnet la flamante esposa de Simon.

Una vez unida, la pareja emprenderá un viaje por el Nilo a bordo del Karnak, un crucero en el cual también viaja el sagaz investigador Poirot, un hombre al que, una vez más, el destino pondrá a prueba con el descubrimiento de un nuevo asesinato rodeado de misterio: el que acaba con la vida de Linnet Rideway.

Aunque cada historia de Agatha Christie tiene un encanto particular, puede decirse que «Muerte en el Nilo» resulta tan atractivo como otros libros de su autoría. No importa si leen éste, «Cartas sobre la mesa», «La muerte de Lord Edgware», «El misterio del tren azul», «El misterioso caso de Styles» o «Asesinato en el Orient Express»: si tiene el inconfundible sello de la «reina del crimen», cualquier relato es capaz de generar interés y mantener la atención de los lectores hasta el final.