En 1989, años después de haber publicado «La trilogía de Nueva York» y «El país de las últimas cosas», el escritor estadounidense Paul Auster amplió su producción literaria a través de una novela titulada «El palacio de la luna».
A nivel general hay que decir que este material ha sido bien recibido por los lectores, aunque no hay que perder de vista que el hecho de que haya acumulado varios elogios no significa que todos los amantes de la literatura quedarán satisfechos al leerlo. De todas formas, siempre es más estimulante saber que existen altas chances de quedar conforme con la historia, y en este caso así ha ocurrido.
«El palacio de la luna» es una novela conmovedora que tiene como protagonista a Marc Stanley Fogg, un personaje que, ante la ausencia de sus padres, fue educado por un tío algo excéntrico.
Tras ser rescatado de la indigencia, el abandono y la locura por la bella Kitty Wu, este ser que llega a la madurez en coincidencia con el arribo del hombre a la luna elabora la biografía de un pintor discapacitado de avanzada edad y asume la responsabilidad de encontrar a su hijo, un ser al cual nunca llegó a conocer.
A partir de entonces, comienza para Marc una fascinante travesía marcada por la influencia de la luna que lo llevará a descubrir los misterios de su origen, a determinar la identidad de su progenitor y a intentar reconstruir su propia historia de vida.
Para escapar de la rutina y poner a prueba la capacidad de comprensión, este antiguo relato que parece rescatar el valor de la identidad sin dejar de jugar con el azar ni de darle una relevancia fundamental a la luna es una opción recomendable que logrará sorprender a más de un aficionado a la lectura.
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