París era una fiesta, de Ernest Hemingway

A lo largo de su trayectoria, el escritor estadounidense Ernest Hemingway, quien en 1954 llegó a ganar el Premio Nobel de Literatura, escribió una gran cantidad de relatos y novelas que, por sus características, lograron traspasar las fronteras y lo transformaron en una figura respetada a nivel internacional.

París era una fiestaAlgunas de sus creaciones, como en el caso de «Fiesta», «Adiós a las armas», «Por quién doblan las campanas» y «El viejo y el mar», aparecieron mientras él todavía estaba vivo, pero otras, entre las que figura «París era una fiesta», se publicaron después de que un disparo acabara con la existencia de Hemingway.

Que «París era una fiesta» se haya difundido de forma póstuma no impidió que cientos de amantes de la literatura reconocieran el talento literario de su autor y se dejaran cautivar por el contenido de ese libro que es mitad diario personal y mitad crónica de una época.

Gracias a esta obra que sobrevive hasta nuestros días es posible conocer el París de 1920 pero también algunas anécdotas y vivencias de este hombre que en la ciudad que, por ese entonces, era conocida como capital de la literatura americana, fue pobre pero también, según sus dichos, fue «muy feliz» junto a Elizabeth Hadley Richardson, su primera esposa.

Ya instalado en Francia, Hemingway se convirtió en padre por primera vez y conoció los ambientes literarios de vanguardia. En esa época, además, inició el contacto con algunos miembros de la llamada «Generación Perdida», un grupo de destacados escritores norteamericanos que se instalaron en París desde el final de la Primera Guerra Mundial hasta la época de la Gran Depresión. Gertrude Stein, Ezra Pound y F. Scott Fitzgerald son algunas de las figuras que se relacionaron con el joven Ernest en ese país de perfil revolucionario que marcó su vida para siempre.



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