Querido Diego, te abraza Quiela, de Elena Poniatowska

A la hora de elaborar historias, los autores siempre buscan una fuente de inspiración. En el caso de Elena Poniatowska, la musa que ha impulsado gran parte de sus escritos ha sido México, su tierra natal.

«Hasta no verte, Jesús mío», «La noche de Tlatelolco» y «Querido Diego, te abraza Quiela» son algunos de los trabajos de su autoría donde se pueden apreciar diversas referencias hacia el espíritu, las costumbres y la historia del pueblo mexicano.

Para aquellos que disfrutan los relatos basados en circunstancias reales, las obras de Poniatowska siempre resultan atractivas. Cada uno de los libros que integra su producción literaria tiene su propio encanto y posee detalles que lo hacen único en su forma.

«Querido Diego, te abraza Quiela», por ejemplo, es la recreación de modo epistolar del vínculo amoroso que existió entre el talentoso muralista mexicano Diego Rivera y la pintora rusa Angelina Beloff, con quien llegó a tener un hijo.

Desde su exilio en París, la artista intenta desafiar la distancia que la separa de su ser amado a través de numerosas cartas que jamás son respondidas. Sus mensajes desbordan admiración y dulzura pero también revelan algo de dolor y reproches ante el abandono y la indiferencia del hombre que, poco a poco, se aleja de su vida de forma silenciosa.

Las líneas que Poniatowska le adjudica a Beloff son imaginarias, pero en ellas hay datos que las vuelven creíbles y le dan un marcado y asombroso perfil realista.

En una de las cartas, por ejemplo, la mujer que intenta mantener intacto el vínculo con Rivera evoca la muerte del hijo de ambos, un episodio lamentable que, en vez de unirlos, pareció distanciarlos. «Tú estabas ausente, ni una sola vez me dirigiste la palabra, ni siquiera te moviste cuando te tomé del brazo», le recuerda.

Por decisión de la autora nacida en París el 19 de mayo de 1932, los protagonistas de este libro son Angelina Beloff y Diego Rivera, pero esta historia excede a los personajes elegidos y, por tratarse de amor, bien puede generar identificación en más de un lector.