Horacio Quiroga no es el único escritor que ha encontrado inspiración literaria en el ámbito selvático. Aunque es probable que sus «Cuentos de la selva» sean los más famosos en relación a ese escenario, no se puede (ni se debería) restarle mérito a otras historias que sitúan a las junglas como centro de la acción.
A través de «La selva prohibida», por ejemplo, el escritor español Heinz Delam le ofrece a los amantes de la literatura un relato apasionante basado en una curiosa leyenda. En esta obra dirigida, en especial, al público infanto-juvenil, la selva es africana y sirve de asentamiento para un poblado repleto de milenarias costumbres cuyos habitantes llevan un estilo de vida algo particular.
En ese contexto, el autor intenta cautivar a los lectores con las vivencias de Kabindji, un muchacho que vive en una comunidad de guerreros bowassi y se siente despreciado por todos. Dolido por esta situación y, tras enterarse que existe un terrible secreto vinculado a su pasado, el protagonista decide abandonar la tribu que lo vio crecer y salir a buscar su verdadera identidad. En esta lucha por encontrar y conocer sus orígenes, el joven sólo cuenta con la única compañía de la incondicional Tswama.
Impulsados por el afán de develar los misterios del pasado de Kabindji, ambos se lanzan a la aventura de viajar. En su camino, los viajeros no sólo descubren al poblado perdido (donde, se supone, existe un talismán que suele estar custodiado por una serpiente ya que, por su poder, es codiciado por todas las tribus de la región) sino que también deben enfrentar una serie de obstáculos que llegarán, incluso, a poner en riesgo sus vidas.
Gracias a las características y la trascendencia de este trabajo que aborda, en su trama, cuestiones de importancia universal tales como el odio y racial y la ambición de los poderosos, en 1998 Delanz integró la Lista de Honor del Premio CCEI.
Comentarios1
Lindo, Verónica Gudiña, tu artículo sobre la "Selva Prohibida", el autor fue premiado merecidamente, pero el premio mayor lo adquiero yo con tu trabajo, mil gracias amiga del alma. Te admiro mucho. sigue adelante.
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