Por su condición de creadores de propuestas literarias, muchos son los escritores que, a lo largo de su carrera, consiguen admiradores y seguidores de sus trabajos. Sin embargo, en este aspecto son pocos los autores que consiguen cautivar al público cada vez que difunden algún nuevo material.
Una de esas excepciones que, durante toda su vida, fue capaz de reinventarse a sí mismo y sorprender sin decepcionar a todos aquellos que confiaban en su talento, fue el dramaturgo español Federico García Lorca.
Este destacado escritor, como sabrá más de un lector incondicional de Poemas del Alma, no se conformó con quedar en la historia de la literatura universal con un solo clásico, sino que elaboró numerosas obras dignas de ser difundidas más allá del tiempo y los límites geográficos.
A juzgar por los resultados, García Lorca tuvo suerte. Ni los detractores de la época ni los críticos contemporáneos han logrado desmerecer su labor en el campo literario, así como tampoco su nombre ha quedado en el olvido. «Yerma», «La casa de Bernarda Alba», «Doña Rosita la soltera» y «Bodas de sangre» son algunos de los títulos que, gracias a sus características y el interés que despiertan sus contenidos en el público, han logrado mantener vigente, a nivel mundial, la figura de este español.
Aunque todavía no ha sido mencionada, «La zapatera prodigiosa» es otra de las obras que, al igual que el resto del material ideado por García Lorca, posee particularidades dignas de resaltar.
En este caso, el autor ofrece una simple pero violenta farsa de perfil clásico inspirada en el espíritu femenino la cual, a medida que se desarrolla, se transforma en una alegoría del alma humana.
Con la presentación de un matrimonio por conveniencia y la lucha de una mujer entre su realidad y sus verdaderos deseos, «La zapatera prodigiosa» intenta dejar en evidencia cómo el ser humano se debate entre aquello que le presenta el destino y lo que él desea íntimamente desde lo más profundo de su alma.
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