Poco importa, en la actualidad, que el dramaturgo, poeta y novelista español Ramón María del Valle Inclán haya tenido que esperar hasta 1970 para ver representada en España la obra teatral que publicó en 1920 bajo el título de «Luces de bohemia» y que, cuatro años después, llegó a reeditar.
Si ese trabajo mantuvo su vigencia durante tantas décadas y, aún hoy, es recordado, es gracias a su estilo literario.
Como sabrá más de un lector, en «Luces de bohemia» el también creador de «Tirano Banderas» desarrolla el Esperpento, un género que se caracteriza por deformar la realidad de forma grotesca.
En este caso, el autor nos sorprende con una historia trágica donde, en contra de toda lógica, es un poeta ciego llamado Max Estrella el único que es capaz de ver la realidad en medio de un Madrid marcado por el hambre y las sinrazones donde existe una conciencia moral capaz de escandalizar y sembrar el pánico.
Esta obra que se inspira en la muerte y funciona como una crítica social a la España que tuvo oportunidad de conocer Valle Inclán, intenta cautivar al público mediante las vivencias y testimonios de un escritor arruinado que se pierde entre la miseria y la injusticia.
Tal fue el impacto causado por «Luces de bohemia» que este relato no sólo tuvo múltiples representaciones sino que también fue llevado al cine y motivó la creación de una propuesta cultural.
Según informa El Economista, desde hace más de doce años, la Noche de los Teatros es precedida por una iniciativa bautizada como Noche de Max Estrella. En esa jornada, a modo de homenaje hacia el protagonista de la obra creada por Valle Inclán, se lleva a cabo un tradicional paseo por sitios emblemáticos que forman parte del texto y hasta se representan algunos capítulos de «Luces de bohemia».
Comentarios1
Un artículo muy interesante para rendir homenaje a una de las mejores creaciones de Valle-Inclán y a la riqueza de su legado.
Gracias.
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