A Mark Twain le resultó difícil superar el éxito alcanzado por «Las aventuras de Tom Sawyer» pero, aún así, no se dio por vencido e intentó, una y otra vez, conservar la popularidad y la confianza de los lectores de todas partes del mundo.
Después de ese libro que logró convertirse en un clásico de la literatura universal, como sabrán muchos de ustedes, este talentoso escritor estadounidense que nació en Florida el 30 de noviembre de 1835 amplió su producción literaria con nuevos títulos, algunos más trascendentes que otros. Entre esos materiales que surgieron con posterioridad a la publicación del relato de Sawyer aparecen «Los perros del ocaso», «Un vagabundo en el extranjero», «Príncipe y mendigo» y «El robo del elefante blanco».
Este último, de acuerdo a los datos vinculados a su legado que pudo recopilar Poemas del Alma, es un trabajo lanzado en 1882 que logró reavivar el interés de los aficionados a la lectura por la figura de Twain, uno de los escritores norteamericanos más sobresalientes de todos los tiempos.
«El robo del elefante blanco» es una propuesta entretenida e irónica que gira en torno al insólito caso del extravío de un paquidermo de color blanco en la Manhattan de fines del siglo XIX. A medida que el relato avanza, es posible conocer la visión personal sobre el tema de un detective en apuros y, además de los enredos, quedan al descubierto numerosas referencias hacia la mentalidad de la época en la cual transcurre la acción.
Si, en algún momento, tienen la posibilidad de adquirir un ejemplar de este antiguo libro, no desaprovechen la posibilidad de deleitarse con una de las tantas narraciones que han vuelto inmortal a la figura de Mark Twain, uno de los autores que más huellas logró dejar en el mundo de las letras.
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