Hernán Rivera Letelier es uno de los escritores más exitosos de Chile. Su producción literaria, que incluye obras como «La reina Isabel cantaba rancheras», «Himno del ángel parado en una pata» y «Santa María de las flores negras», entre otras, le ha permitido obtener diversos reconocimientos, entre los que se destaca su nombramiento como Caballero de la Orden de las Letras por parte del Ministerio de Cultura de Francia.
En esta oportunidad, llega el momento de referirnos a «Romance del duende que me escribe las novelas», publicada en 2005. La obra supone un viaje de Rivera Letelier a su propia infancia en la ex salitrera Buenaventura, en el norte chileno.
El escritor recuerda diversos pasajes de su vida entre los 7 y los 12 años de edad, mezclando realidad y ficción. La muerte de dos de sus hermanos a temprana edad, el posterior fallecimiento de su madre, sus primeros amores y su mudanza obligada por el cierre de la salitrera forman parte de la narración.
Rivera Letelier otorga un lugar muy importante a un duende que, según cuenta, lo impulsó a luchar por sus sueños y a esforzarse por torcer un destino que, muchas veces, se presenta complicado.
«Romance del duende que me escribe las novelas» es una novela breve de lectura ágil que, de acuerdo a algunos críticos, no forma parte de las propuestas imprescindibles de Rivera Letelier. Pero, ¿quién está en condiciones de afirmar algo de ese estilo? Muchos lectores han destacado que esta obra logra despertar al niño interior a partir de su inocencia y frescura, lo cual no es poco.
Para quienes busquen un libro que parece no tener grandes pretensiones más allá de entretener y de evocar los recuerdos infantiles del lector, «Romance del duende que me escribe las novelas» puede resultar la elección perfecta para pasar una tarde de lectura.
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