Si hasta ahora no han dejado de leer ni uno de los libros que forman parte de la producción literaria de Arturo Pérez-Reverte, no deberían resignar la lectura de «El sol de Breda», el tercer tomo de la saga que el español nacido en Cartagena el 25 de noviembre de 1951 ha decidido dar a conocer bajo el nombre de «Las aventuras del capitán Alatriste».
Este relato que apareció en 1998 (meses después del lanzamiento del ya mencionado «Limpieza de sangre») invita al lector a ser testigo de las batallas que se desarrollaron en la ciudad de Breda en 1625. Como recordará más de un estudioso de la historia, ese año se produjo en territorio holandés el llamado «asedio de Breda», un acontecimiento que tuvo lugar en el marco de la Guerra de los Ochenta Años y que terminó con la conquista por parte de los ejércitos españoles comandados por Ambrosio Spínola.
Además de ser el narrador, en esta obra el joven vasco Íñigo de Balboa adquiere relevancia como mochilero del tercio viejo de Cartagena, donde se desempeña como colaborador del capitán Alatriste y encuentra la posibilidad de empuñar, por primera vez, un arma en combate.
En esta aventura, el protagonista tendrá oportunidad de comprobar el sometimiento de la región por las tropas españolas y de describir ante el pintor Diego Velázquez a personajes como el ya citado general Ambrosio Spínola, el maestre de campo Pedro de la Daga, el indeciso capitán Carmelo Bragado y el valiente Sebastián Copons.
Si ya han leído las primeras dos entregas de la colección inspirada en la figura de Diego Alatriste y Tenorio, no deberían dejar de conocer el apasionante contenido de este tercer libro que promete entretener a más de uno con referencias históricas y mucha acción. Si les sirve el dato, ya hay varios fanáticos de la serie que consideran a «El sol de Breda» como el material más destacado de todas las novelas que integran «Las aventuras del capitán Alatriste».
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