Cuando elaboró «Cabo Trafalgar», el español Arturo Pérez-Reverte no tenía el propósito de ofrecer un texto de perfil geográfico basado en el pequeño islote localizado en la costa atlántica de la provincia de Cádiz, sino construir un relato inspirado en la Batalla de Trafalgar, un episodio que tuvo lugar el 21 de octubre de 1805.
Ese día, en las aguas españolas del cabo Trafalgar, una escuadra inglesa liderada por el almirante Horacio Nelson se enfrentó a un grupo franco-español comandado por el almirante francés Pierre Charles Silvestre de Villeneuve.
Para recordar el bicentenario de ese combate naval, la editorial Alfaguara contactó al creador de títulos como «El maestro de esgrima», «La tabla de Flandes», «Un asunto de honor» y «La piel del tambor» para que él ideara una novela donde se reflejara su visión sobre el histórico suceso que tuvo como vencedora a la escuadra inglesa.
Así fue cómo nació, hace ya varios años, «Cabo Trafalgar», una obra apasionante donde no sólo se puede apreciar el talento narrativo del autor español nacido en Cartagena el 25 de noviembre de 1951, sino también enriquecerse con referencias históricas y descripciones que le permiten al lector recrear en su mente el trágico enfrentamiento naval que, según se asegura desde el libro, fue «el más famoso de la historia».
Si bien es cierto que muchos amantes de la literatura prefieren leer materiales de ficción que no estén basados en hechos reales para poder, de este modo, sorprenderse con sus desenlaces, no se puede dejar de reconocer que, en numerosas ocasiones, no es el acontecimiento elegido el que vuelve interesante la lectura, sino la capacidad del autor para narrar circunstancias ya conocidas. «Cabo Trafalgar» quizás no ofrezca una trama asombrosa, pero sí acerca un texto lleno de acción que puede gustar o no, pero que no deja de estar contado con gran maestría.
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