Troilo y Crésida, de William Shakespeare

A poco de haber terminado «Hamlet», el destacado dramaturgo y poeta inglés William Shakespeare amplió su producción a través de «Troilo y Crésida», una obra dramática que, en principio, se publicó en 1609 dividida en dos partes.

Según se cree, el autor elaboró esta propuesta en una época en la cual estaba de moda la sátira, aunque es difícil determinar en ella las verdaderas intenciones del también creador de «Romeo y Julieta». Incluso, su trama ha provocado a lo largo de la historia diversas interpretaciones, entre las cuales había cuestionamientos hacia su ética y a su perfil algo subido de tono.

Al analizar su contenido, es fácil advertir que «Troilo y Crésida» ha sido desarrollada para cautivar a un público entendido en mitos griegos y conocedor de todo lo acontecido en el marco de la Guerra de Troya. Además de los personajes anunciados en el título de la obra, en este trabajo adquieren relevancia figuras como Calcas, Príamo, Diomedes, Menelao, Helena, Néstor, Ulises y Aquiles.

En ella, Shakespeare plasma una historia apasionante e impactante donde hay espacio para el amor, la infidelidad, la desmitificación de los héroes, la furia, la violencia y la muerte.

Si bien este relato no ha tenido la popularidad alcanzada por otras creaciones de su autoría tales como «Macbeth» y «Rey Lear», no se puede dejar de mencionar que, desde que fue presentado de forma oficial, este drama no sólo ha sido traducido a numerosos idiomas sino que también inspiró la elaboración de producciones televisivas y fue adaptada como ópera por el compositor y director de orquesta británico William Walton.

Si están cansados de recordar a Shakespeare sólo a través de los clásicos, «Troilo y Crésida» puede ser una excelente opción para valorar el legado del autor de un modo algo más original que el habitual.