A la madre sin Hijos
¡Oh, corazón! Corazón fresco,
De palpitante y tierno procrear,
De mirada franca y cristalina,
De cuerpo libre de peso maternal.
De arriba no has sido llamada,
Para un niño en tus entrañas llevar,
Pero esas mamas de dulce miel
Saben la ausencia perdonar.
Con el tiempo, la mirada grata
Del infante que su madre te creyó,
Y sabe en su alma tu cuidado atesorar
De regocijo tu existencia colmará.
4 mayo 1990
- Autor: Pluma de Fuego (Seudónimo) ( Offline)
- Publicado: 23 de julio de 2009 a las 22:07
- Categoría: Sin clasificar
- Lecturas: 191
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