Todos sabían sus nombres.
La escuálida era María
hija de la tortillera.
El hambriento era Juan
hijo del zapatero.
La negrita es Luisa
hermana de la maquilera.
Sus sueños compartidos:
ser adoptados por Minerva.
¡Atrevidos los pobres!
Exigieron cuadernos para escribir sus sueños
se aferraron… a la mano izquierda… de Minerva.
Fue tal su abuso
que les cambiaron sus nombres
los tildaron de delincuentes,
encapuchados y otras incongruencias.
Se aferraron con más fuerza
a las flores rojas que brotan del pecho
de la madre ansiada.
Entonces vinieron los policías
y después de darles de palo por necios
les preguntaron sus nombres.
- Autor: Jorge Canales (Seudónimo) ( Offline)
- Publicado: 1 de abril de 2011 a las 16:20
- Comentario del autor sobre el poema: Este poema es parte de la realidad de la Universidad pública de El Salvador. Los estudiantes luchan por ingresar a estudiar una carrera académica pero entrar cada vez es más difícil.
- Categoría: Sociopolítico
- Lecturas: 118
Comentarios2
Jorge...
Amigo, es una realidad muy similar a la que se vive en Venezuela!!!
Interesante tus letras... un gusto compartir en tu espacio poético...
Besos
No sabía de tantos problemas por allá... Bueno te diré que acá en Mexico y en Monterrey donde yo vivo, está cabrón...
Saludos amigo
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