El cielo se fue cerrando
El azul celeste se desvaneció
La luz, cual espada hiriente,
Repentinamente, lo atravesó.
Los sauces, descontentos
Agitaron sus largas cabelleras.
Sus troncos se ladearon
Con el remolino del viento.
Una estampida allá arriba
Alborotó el gallinero
Bailaron los trigales,
Su danza de oro y vida
Y hubo que acallar los perros.
Las nubes, dibujando monstruos,
Amenazantes, enceguecidos,
En su devenir tortuoso
Se devoraban el campo
A la luz de un refucilo.
Y algún hueso vacuno
Perdido en la lejanía
De los truenos al arrullo
Lumínicamente anunciaba:
¡Cuidado! ¡Se viene, la luz mala!
En la tarde ennegrecida
Se cerraron las ventanas
Las velas, pronto encendidas
Atrajeron los fantasmas.
Y por la claraboya abierta
Cayeron las primeras gotas.
Pronto, los techos de zinc
Comenzaron el concierto
Que diluyó la zozobra
Y el campo se fue a dormir
- Autor: Millz M (Seudónimo) ( Offline)
- Publicado: 7 de abril de 2011 a las 11:45
- Comentario del autor sobre el poema: El campo argentino, una expresión de la Naturaleza que te atrapa en su verde inmensidad
- Categoría: Sin clasificar
- Lecturas: 45
- Usuarios favoritos de este poema: ADOLFO CESAR MARCELLO
Comentarios1
Millz M, Bello espectáculo que ofrece la naturaleza, entre el viento, las nubes veleidosa...Imágenes que dibujan amorosamenteTu poema bucólico.
Claudio
Gracias Claudio por interpretar mi poema. Un abrazo.
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