Viernes Santo

El Diamante

Se conmemora mi gente
la muerte del sin pecado.

 

En un malo y triste día
Cristo fue crucificado.

 

Con sus últimos alientos
a Dios le ha preguntado.

 

!Dime por qué padre mío¡
¿Por qué me has abandonado?.

 

Pero si así lo has querido
ya todo está consumado.

 

Así cayó su cabeza
sobre su pecho sagrado.

 

 

El cielo se obscurecio
sopló viento de tornado.

 

La luna vistio de negro
el sol se quedó apagado.

 

No querían dar su luz
a este pueblo malvado.

 

Era Dios enfurecido
muy triste y acongojado.

 

Que les gritaba diciendo
!A MI HIJO LO HAN MATADO¡.

 

Me provoca eliminar
ese pueblo desgraciado.

 

 

El Alma de Cristo al cielo
como rayo había llegado.

 

Parado frente a su padre
una súplica ha soltado.

 

¡Perdónalos padre mío!
Solitos se han castigado.

 

Para que tu los perdones
mi sangre se ha derramado.

 

Sabes que en el tercer día
ya estaré resucitado.

 

Aquí subirá mi cuerpo
que allá bajo se ha quedado.

 

Y muy pronto me verás
a tu derecha sentado.

 

Manuel M. Teles (El Diamante)

  • Autor: El Diamante (Offline Offline)
  • Publicado: 22 de abril de 2011 a las 00:07
  • Comentario del autor sobre el poema: Sin Comentarios
  • Categoría: Religioso
  • Lecturas: 4840
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