Alma cansada, fuente de lágrimas,
río desbordado.
Llueve donde el dolor no cabe,
no importa el sufrimiento,
soledad, que el tiempo ya no basta,
la felicidad que no vuelve,
sonrisa desgastada,
ilusión sin sentido.
¿Dónde está mi amada?,
que extiendo mis brazos,
y se va como humo en el viento.
¿Dónde está la rosa que yo tenía en mis brazos?
Si siempre era primavera,
porque el tiempo la marchita.
Ya no lloverá en el jardín,
en mi corazón estará la lluvia de la primavera,
que nunca termina.
Porque el sufrimiento es lento,
y un sufrir que no termina.
Para mi esposa; María del Camino.
- Autor: Manuel Ayuste ( Offline)
- Publicado: 29 de abril de 2011 a las 08:12
- Categoría: Amor
- Lecturas: 82
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