No preciso el momento del adios
no tenia nada diferente que su voz
cuando una bala le cayo y le partio
la vida sin darse cuenta antes de abrir
sus ojos.
La sangre corrio tan rapido por
las calles como el sonido del fusil
se hundieron los pasos de los
que venian con otras rafagas
silenciandole las vidas.
Quedaron los cartuchos y el olor
a polvora acompañando los caidos
las palomas volaron sin rumbo fijo
a otros mundos donde no les
levanten el sueño con el ruido de las
balas, donde todo el mundo se vista
de blanco y la sangre no manche la piel
del inocente.
Los arboles no volvieron a florecer
ni los transeúntes a pasar por esa
calle de la muerte, solo rondan las
voces del silencio de los muertos
buscando ser escuchados en algun
lugar de este mundo cruel.
- Autor: Sinai (Seudónimo) ( Offline)
- Publicado: 31 de julio de 2009 a las 11:19
- Categoría: Sin clasificar
- Lecturas: 404
Comentarios5
Interpreto un poema para reflexionar, una calle que habla por si misma, ausente tan solo con sus muertos allí quedados.´
Muertos que claman ser escuchados, sin lugar a dudas para pensar y saber interpretar.
Felicitaciones a tu trabajo.
Recibe mis cariños
Es como un cuento pero en prosa, se podría escribir una excelente narración con ese argumento.
Reflexivo e interesante
Abrazo amigo
ME GUSTA LEER ENTRE LINEAS LO QUE ME ATA AL SENTIMIENTO REAL DE LOS POSIBLES.
TE FELICITO.
Da para reflexionar.
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