Con dos gotas rezagadas de rocío debo encontrarme
a la luz de la mañana.
Tengo esta cita de luz y no sé dónde. Las plumillas
errantes del vilano no dieron el mensaje.
En el hueco perezoso de una hoja, las pupilas
brillantes de las gotas esperaron en vano la llegada.
Vino el sol, cogiólas entre sus dedos y el encuentro
de luz no fue conmigo.
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Autor:
alice (Seudónimo) (
Offline)
- Publicado: 6 de mayo de 2011 a las 01:30
- Categoría: Amor
- Lecturas: 60
Comentarios1
lindo escrito,
saludos... 🙂
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