Ya casi tiene flor la madreselva que me ayudaste a plantar; ella busca, enredándose, llegar hacia lo alto.
Yo me quedo sola, como única testigo del color de sus flores y de su espléndida fragancia, sola, porque tu ausencia es tan real, como real y lastimero es mi dolor.
¡Hasta podría regarla con mis lágrimas, y ella siempre me devolvería su esplendor!
¡Podría marchitarse!!...pero siempre volvería a nacer, mientras yo me olvido de mi desierto, solamente cuando te lloro..mientras me enredo entre los recuerdos queridos, donde ríes, donde estás viva y nunca me dejaste sola.
Puedo mezclarme entre la gente, y comprender que mi dolor es solo mío, como mi propia piel, dolor que busca enredarse en le corazón de Dios y así hallar el consuelo y la paz.
Cada noche, cuando la suave brisa, me regale la fragancia de esta madreselva, será una caricia tuya, y cuando la lluvia bañe sus hojas, serán como mis lágrimas, que te rescatarán, para acunarte en mi corazón tan cerca como lo estuve yo, hace tiempo...tibiamente...cerca de tu propio corazón.
- Autor: nilda acosta ( Offline)
- Publicado: 6 de mayo de 2011 a las 23:46
- Categoría: Familia
- Lecturas: 8
Comentarios1
ME ENCANTÓ TU POEMA
DEFINITIVAMENTE
ERES "LAPOETISADELAREFLEXIÓN"
UN FUERTE ABRAZO....
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