Elda era una mujer singular
Cifra y figura de Fedra diosa de las relaciones
que se esfuman sin esperanzas con el éter de la noche fría.
Así con ese talante sombrío de infeliz correspondencia
pero con su alacena repleta de amantes prometidos
emprendió la vida que le arrojaría los dividendos del día:
Solo pupilas aguadas y pañuelos agitados
por cada amante que partía desde los andenes
de su vida ávida de compañía…
Cuando de repente un día apareció en su vida
un peregrino de entusiasta corazón
buscador de tesoros de júbilo
que columbraba los hitos mágicos del amor
y admiraba las estatuas con leyendas en sus pedestales,
creando en su mente votiva, imagines ecuestres y pedestres
de los grandes amantes que han poblado la humanidad
con sus célebres y tristes historias.
Cual Espartano de indeleble impresión
y muelles hábitos de sociedad
que encumbraba cualquier repecho del mundo intelectual
y acompañado de una personalidad gallarda de natural distinción,
exhibía como complemento un par de ojos llenos de fuego.
Su inteligencia natural expresaba una no aprendida elegancia de sus modales,
comunicando los refinamientos del amor con ardorosa sinceridad,
cargando solo en su agravio una manifiesta incapacidad de coexistencia
entre los "Orlandos" que llevaba dentro
y que imponían cada uno su supremacía
para asegurarle el botín de su carácter seductor.
Una vida plena de pasión con arrestos de lujuria
sin intención alguna de poner a freno,
fue la ondeante enseña
de este "Lizardo" recién llegado
con renuevos de verdor exquisito y espejo del buen tono
que le realzaban muy buenas prendas personales.
Y ella la de los senos perfumados
y la falda de vapores al viento.
La de los pomelos en su faz como besos de carmín
y la mirada altiva e hiriente,
de inmediato se prendió a su espalda escotera
y sólo tres palabras mediaron
para negociar un corazón maldito
“Acompáñame por siempre”
dijo ella, ahora con ojos tiernos y adulones.
Y el que endiosaba las historias de los amantes famosos.
Que columbraba las estatuas para sus héroes.
Y recreaba su instinto de perfección con las vírgenes de Murillo
accedió a dejarse morir por ella...
Frank Torreba
Estractio de la Oda FERVOR MALDITO del mismo autor
- Autor: Frank Torreba (Seudónimo) ( Offline)
- Publicado: 11 de mayo de 2011 a las 19:04
- Categoría: Sin clasificar
- Lecturas: 62
Comentarios3
Muy bellas letras en este bellismo poema me ha gustado...
Abrazos de gitana.
acompañame por siempre
es una suplica nacida desde dentro del alma
ohhhhhhhhhh me encanto
Tanta literatura escondida explicitamente, cuanta sabiduria... Excelente narración...
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