Noche y las sombras de las hojas de los árboles
nocturnos. Abanicos fantasmas refrescando amores
en las puertas de los zaguanes.
El aire del trópico, la música caribeña de la
radio se expande en los recuerdos. Día, feria,
olores de verduras y frutas. La humedad y el calor se
adhieren a la eterna piel de la juventud que iluminará
todas las primavera por venir. Risas. Puerto y tango.
Melancolía. Sonido vibrante. Amores, locos amores.
Crepúsculo ¿Ocaso? ¡ Qué importa!
La noche me espera con las sombras de las hojas
de los árboles nocturnos. Fantasmas. Hay un zaguán
largo, muy largo, se oyen suspiros y un suave aliento.
Y cientos de abanicos deslumbrados ,olvidando amores.
- Autor: ANA MARÍA MANCEDA (Seudónimo) ( Offline)
- Publicado: 5 de febrero de 2009 a las 00:55
- Categoría: Sin clasificar
- Lecturas: 94
Para poder comentar y calificar este poema, debes estar registrad@. Regístrate aquí o si ya estás registrad@, logueate aquí.