Todo o nada (reflexión)

A merced de los remolinos del amor uno puede verse sometido a sacudidas que le paralizan, a sentirse incapaz de enebrar la aguja para coser la cordura en el golpe que decididamente se tendría que dar en la mesa.

Y es en un descompasado acorde, que se alejan los ecos que fueron caricias, las palabras que fueron dulces, sinceras verdades, para dar paso a roncas afonías, que le ruegan al tiempo -pasa...pasa rápido, acelera tu marcha, corre...pasa, corre y vuela.

Pues uno ama sin saber si es amado, uno se sincera sin conocer si en la puerta de al lado se han sincerado, se puede suponer pero la respuesta solo vibra en la fe de ese amor, esa invisible fe que ha hecho nacer y crecer a más de un imperio, se vive en una cuestión la cual podría sostener la angustia de la incertidumbre, pero manda mayormente la confianza que en ese amor se deposita.

Es cierto que el amor no esta sujeto a un ser correspondido, pero la parte de carne humana que llevamos parece necesitarlo; necesita de este sentirse correspondida. Sin ello, aparecemos invadidos por una enorme cojera que alojándose en nuestro corazón nos lleva a navegar como trotamundos a la deriva, hacia la búsqueda de un ideal, como sueño de abrigos y luces.

A uno le tendrían que sobrar los cajones cuando se decide a amar, tendría que prescindir de escondrijos y de patrañas que le valgan para quedar bien en el lugar donde está y con quien esté; la transparencia siempre tiene que mandar allá donde se encuentre el amor, pues si optamos por interpretar nunca llegamos nosotros de forma total ni a amar ni a ser amados.

Sobran las suspicacias, las argucias que puedan servir para mantenernos en una posición determinada, la cual sugiere el control sobre la situación. Control estricto, rígido, tan sumamente rígido que resulta uniformado, que es orden marcial; y así, aún a expensas de equivocarnos, de esta forma decidimos disponer.

Evidente y habilitable, se dice que es y se puede hacer, que hay siempre un fin que justifica unos medios, pero no creo en unos medios cuales puedan ser capaces de deshonrar a un amor tan sentido y confeso como entregado, que quiso depararnos la benevolente suerte del destino.

El amor pierde su significado y su sentido cuando desaparece la confianza o el respeto, el amor cuelga entonces de su puerta un enorme "closed" que araña con lágrimas la puerta, destiñiendo los colores en los que estaba pintado el sueño ideal; y así, de esta manera, por siempre jamás se queda como experimento en la probeta.

"como comensal en esa mesa solo cabe poner todos los alimentos que uno lleve, para de esta manera, otro pueda saborear, cada uno de los platos posibles de preparar en la propia cocina de una vida compartida"

318-omu G.S. (bcn)