Para que tú me veas,
Secaré las lágrimas
De mis ojos enrojecidos,
Y te veré entre nubes blancas.
Sonriéndome y mirándome,
Con tu carita de ángel,
Si es tu deseo,
Serenaré mi alma,
Y vendrás a verme.
Me abrazarás como viento,
Tus labios rozarán los míos,
Como lluvia,
Y beberé de tu boca agua de primavera.
Ya no habrá ni tristeza ni lágrimas,
Solo amor en nuestras almas.
Para mi esposa amada, María del Camino.
- Autor: Manuel Ayuste ( Offline)
- Publicado: 15 de mayo de 2011 a las 18:20
- Categoría: Sin clasificar
- Lecturas: 53
Comentarios1
Manuel, lo que sé seguro, es que nadie que nos ama, quiere vernos llorar y sufrir.
El amor de nuestras almas, aquí o allá, nunca se va.
Mi cariño y mi apoyo, Pinona
muchas gracias por leer mis poemas abrazos tu amigo manuel.
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