Que horas enemigas, las veo, se ven. Se desploman en formas de exhaustas hojas pardas, de incolora lluvia que muere remisamente expandiendo su inútil cuerpo vencido. Me ven en rostros al margen de lo importante, en las manos del viento inatrapable. Que horas inquinas, no pasan, no siguen, son mí única compañía, intrusas feligresas que al igual que yo te claman, te esperan… ¡ahora las entiendo!
LRL
28-2-2011
- Autor: Leandro Rodríguez Linárez (Seudónimo) ( Offline)
- Publicado: 21 de mayo de 2011 a las 21:35
- Categoría: Amor
- Lecturas: 38
Para poder comentar y calificar este poema, debes estar registrad@. Regístrate aquí o si ya estás registrad@, logueate aquí.