LA copa ROTA

LA copa ROTA

Aun recuerdo, la maldita copa que cortó mis labios aquella noche de despecho, al morderla por no desear gritar tu querido nombre a los cuatro vientos, sintiendo su cortante filo hacer brotar la sangre, confundiese con el tinto vino y el vino tinto en la cabeza con el dolor de haberte perdido, sin preocuparme cuál de las dos heridas sería peor, si la que sangraba dentro del pecho o la que llevaba evidencias de color brillante por fuera..., syglesias

Aun recuerdo esas divinas palabras que hoy martillan mi mente al recordarlas, viéndote presente como un espejismo, desvelándome cada noche, añorando tu adorada presencia, porque la resignación por lo que se ha perdido puede tardar o no llegar, nunca y más si uno amó sin ser amado, sin reglas y condiciones, Tú sabías muy bien, que existían muchas formas de querer a alguien, pero una sola manera de amar, entregando el alma, la vida y el corazón, si fuera necesario, al tomar tus suaves manos entre las mías, llevándolas al pecho para que sintieras que los latidos no mienten, lo que los labios pueden callar y la mirada intentar decir sin sentirlo, porque el amor es como una flor, que llega a marchitarse si no recibe calor..., syglesias

Aun recuerdo, la belleza habida en tus ojos glaucos, mutar aquel día en un instante a ese gris triste, que tiene el mar de invierno, transformándose tras ellos, la paz por hermosura habida hasta ese momento, todo pasa, pero algo siempre queda enraizado en el alma, que nos marca para siempre en silencio, rompiéndonos en mil pedazos el corazón, que jamás volverá a latir al unísono de un canción por sentimiento, como fue ayer espontáneamente al mirarte enamorada y Yo enamorado, cuando esa ilusión de dicha por ese amor sincero, volaba por los cielos sano, hoy de ese añorado pasado glorioso en los brazos, solo quedan tenues gritos enfermos que se desvanecen en el ancho cielo azul, pero pidiendo desesperadamente, libertad..., syglesias

Aun recuerdo, tus caricias recorriéndome lentamente la espalda, bien sabias, que tus manos llevaban la magia de tus delicados dedos a mi cuerpo, despertando las ansias aletargadas de volver a amarte, entre los cortos pero necesarios espacios de tiempo de descanso del músculo, por el cansancio de la noche desenfrenada anterior, continuando la historia erótica que solo había tenido un pequeño y sutil punto seguido..., syglesias  

Aun recuerdo, como plasmé unas letras sobre la mesa antes de irme del bar, dejando tu querido nombre escrito, con tinta sangre de un corazón herido en su amor propio, por si alguna vez, fueras por ahí, leyeras lo que por tu desamor es capaz de hacer un hombre por el amor humillado y olvidado de su mujer..., syglesias

Aun recuerdo, con cierta nostalgia, lo que Tú, no recuerdas de mi, al no querer notar mas, mi presencia frente a ti, cuando era esperado sobre tu pecho desnudo, con una sonrisa de blancas y brillantes perlas, cada amanecer al despertar, siendo Yo Sol, que iluminaba tus ansias más queridas y Tú amada mía para mí, la flor de la vida y de mi amor..., syglesias.
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Sergio Yglesias García
Caracas, 24052011 11:00 AM.