En papel de soledad llegó el mensaje.
Sobre el punto y final capté una lágrima y al leerle al cielo tus palabras; las nubes se prestaron al viaje. Les rogué a las montañas, olmo amado, un instante se apartasen a mi vuelo y a modo de desierto sobre el suelo, extendieron su alta cuna abriendo paso… He venido, mi bien, a enamorarte. Quiero abrir de tu pecho esa cancela que oxidante a la fuerza se rebela de la mano que intenta liberarte. Tan siquiera… ¡Déjame sobrevolarte! Cruzando el patio donde hostil encierras, entre hojarascas y lodosa tierra, la raíz febril que ayer enterraste. Quiero ser la evitadora del misterio que mitiga la luz que en ti cobijas. Quiero ser la hoja que te explica que hay tras el envés de un cautiverio. ¡Déjame volar a tu espesura, rozar, viril olmo, tu alta copa!. ¡Déjame sentir como me arropas el alma en la cruz de tu hermosura!… Sé bien que soy tan sólo un ave y tú eres magnitud en tus principios, pero déjame abocarme al precipicio que desata la causa de tus males. Quiero convertir en agua fresca al lodo que encenaga tus raíces y volver mariposas que te hechicen, al manto que te cubre de hojas secas. Tan sólo quiero, mi bien, que te enamores. Verás como el amor calma tus penas y la sabia que circula por tus venas, alimenta un renuevo de fulgores. Y el sonido de mis alas al batirse, hará eco en el fondo de tus ramas y al sentir que esta paloma te ama, desde tu cruz al corazón querrás erguirte… Y ahora… Ahora duerme, mi bien, que esta paloma, ha de cumplir un nido de promesas, dejando en libertad tu alma presa al rociar la alborada con tu aroma… Mi olmo, mi príncipe, mi amado… En un instante surcaré los cielos, quiero robar para ti el lucero, ese que miras y te parece tan lejano… Y así, mañana, cuando él esté en lo alto, sentirás que su luz es más intensa… Mi olmo, será su alma que vuela inquieta, queriendo refugiarse entre tus brazos. Y al rozarse con tu copa, olmo amado, de cada hoja surgirán miles de estrellas, afianzando sus raíces en la tierra y tallando dos nombres a su paso. Y el mundo… Querrá saber donde habitamos. Y al mundo… Nos seguiremos ocultando. Tú olmo. Yo paloma. ¡Qué importa cuándo ni dónde… Ni por qué nos amamos!
- Autor: marimar (Seudónimo) ( Offline)
- Publicado: 10 de junio de 2011 a las 10:50
- Comentario del autor sobre el poema: HOLA COMPAÑEROS, HOY OS DEJO UNA HISTORIA DE AMOR(FICTICIA O REAL???) DONDE ELLA VA A RESCATAR A SU AMADO SUMIDO EN UNA DEPRESIÓN A CAUSA DE ESTAR VIVIENDO LO QUE ES UN AMOR IMPOSIBLE, ESPERO QUE OS GUSTE UN BESO
- Categoría: Amor
- Lecturas: 74
- Usuarios favoritos de este poema: FELINA
Comentarios2
Amiga, tus letras son más que maravillosas, no encuentro que calificativo darles, en vez de una estrella te dejo el cielo estrellado.
Recibe mis aplausos y mis abrazos.
GRACIAS Y PERDONA POR MI TARDANZA AL RESPONDER HE TENIDO PROBLEMAS CON INTERNET, HE INTENTADO COMENTAR TODOS VUESTROS POEMAS PERO SE ME BLOQUEABAN LAS PÁGINAS, UN BESO
COMPARTIREMOS EL MISMO CIELO, GRACIAS
Los amores imposibles a veces se hacen realidad, sobre todo si son tan hermosos como el que hoy nos has dejado aquí.
Un placer haberte leído, amiga.
Un abrazo
GRACIAS Y PERDONA POR MI TARDANZA AL RESPONDER HE TENIDO PROBLEMAS CON INTERNET, HE INTENTADO COMENTAR TODOS VUESTROS POEMAS PERO SE ME BLOQUEABAN LAS PÁGINAS, UN BESO
SI, SI QUE SE HACEN TE LO ASEGURO ANDRÉS Y NO POR ELLO LA MAGÍA DEJA DE ESTAR PRESENTE, UN ABRAZO
Para poder comentar y calificar este poema, debes estar registrad@. Regístrate aquí o si ya estás registrad@, logueate aquí.