¡Oh!, cuantas veces Señor ante mis ojos
un hombre en silencio mirándome está,
y cuantas veces me postré de hinojos
por ese amor sublime, que él sólo me lo da.
Fui de niño su ilusión, su esperanza,
fui tormento quizás de muchas noches,
es el hombre que no conoce de venganza,
es aquel que evita los reproches.
En la vida muchas veces escondido,
con su fuerza y su amor mueve montañas,
y otras veces también se ve perdido
lleno de pena, de dolor y lágrimas.
El no puede morir mientras yo viva,
pues es su sangre que corre por mis venas,
es el ángel que no me deja sufrir,
es quien cada día ahoga mis penas
Es hombre de carne y hueso con alma divina,
que defiende a su hijo con su propia vida,
eres el dios de mi liturgia humana,
que sabe perdonar como el dios de la eternidad.
¿Cómo llamaré a ese ángel, oh Señor?
si vivo es porque existe y gracias por su ternura,
que importa el nombre, si es grande su amor,
su nombre no importa, yo te llamaré papá.
- Autor: Federico Mendo (Seudónimo) ( Offline)
- Publicado: 17 de junio de 2011 a las 20:51
- Categoría: Fecha especial
- Lecturas: 66
Comentarios1
Me encantó,
Felicidades!!
Mucgas gracias por tu comentario...y por rendirle homenaje al hombre que nos dioa la vida...EL PAPA
un abrazo
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