Cuando hube llegado a este mundo, los ojos se me perdieron en un mar de fresas. Y descubrí en esos fresales un alma hambrienta de fresas frescas.
Encontré en ellas un horizonte de sabor y apasionamiento por su dulzura. Tiempo después, encontré esas mismas virtudes en otra fruta, mas bien digamos en otro ser,
Mis ojos ya no preguntan a las sombras, su amistad me es una dócil historia, reflejos de ella, de fresas con crema , de gotas de lluvia que se mueven entre mis dedos
Jordi
- Autor: Jordi (Seudónimo) ( Offline)
- Publicado: 11 de agosto de 2009 a las 16:25
- Categoría: Amistad
- Lecturas: 52
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