Miro por mi ventana hacia la ciudad
Desde esta casa al final de una colina
Mirando las luces que le dan vitalidad
Artificiales brillos en noche encendida
Sosteniendo un tabaco en mi boca
Perdido en la llama de mi encendedor
Deseando que esas llamas que evoca
A mi alma le brinden también fervor
Miro a esa ciudad que opaca al cielo
Ocultando con sus luces a las estrellas
Cubriendo al espacio con radiante velo
Encerrando la vida en una sola esfera
Cuando se encienden entre las tinieblas
Parecen reflejo de una sociedad de almas
Que derrotan a la oscuridad con su brillo
Mientras aguardan al resplandor del alba
Pero esta casa que se erige en la colina
Parece de un mundo aparte al que observo
La luz de la ciudad se presenta esquiva
Y el aroma de la vida se muestra austero
Aquí la lumbre se crea por las cenizas
Que de mi cigarro se van desprendiendo
Transportadas lejos por una sutil brisa
Entre la penumbra van desapareciendo
Mi alma siente alegría y a la vez tristeza
Pues ve esperanza en el titilar lejano
Y al mismo tiempo admira la grandeza
De aquella distancia que los ha apartado
Compartiendo lágrimas con una sonrisa
Se acaban el tabaco y la noche también
Se apaga aquella luz que encendió el ocaso
Y el albor del sol queda marcado en mi sien
En el día comparto con una ciudad muerta
Diferente a aquella de una noche encendida
Por una frialdad que se muestra incierta
Dentro de una sociedad carente de vida
Por eso mientras en la tarde me alejo
A aquella casa escondida en la colina
Tanto mi llanto como mi risa reflejo
Por ver a lo lejos una ciudad encendida.
Andrés Ruiz H.
- Autor: rouz64251 ( Offline)
- Publicado: 25 de junio de 2011 a las 18:09
- Categoría: Sin clasificar
- Lecturas: 74
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