Ya no existe aquella lluvia
que me golpeaba las andanzas,
ni el sol tornasolado
iluminando las tardes coloradas.
Enrumbó la gente que despertaba en madrugadas,
cuyas sudorosas miradas,
desprendían suaves y tibias esperanzas.
Alejadas andan mis ideas
tomadas de la mano
con mis ayeres matutinos.
También se fueron los caminos
con sus torpes acrobacias.
Queda tan poco;
hasta mí casa quiere desprenderse
y viajar como un pájaro aliviado
que no se cansa nunca.
Las plantas y animales
ahora crecen
en las selvas y en las playas.
Las construcciones de cemento
corrieron como trenes
y
arrancaron de raíz
su vana procedencia.
Sólo quedo yo
y mis amigos
que siempre, me visitan.
- Autor: Alfredo Murillo (Seudónimo) ( Offline)
- Publicado: 12 de agosto de 2009 a las 01:53
- Categoría: Amistad
- Lecturas: 44
Comentarios2
La amistad un sentimiento tan bonito como el amor...riegalos siempre aunque esten lejos.
Felicidades hermoso poema.
Saludos.
Hermoso su poema
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