Llegó a mí puerta, la
guardadora; me asomé a
abrirle y nunca tocó, yo había
dejado colgado en percha todo
el linaje que Dios me dio.
Cuando su mano tocó mí
orgullo ella en seguida del
sitio huyó, me echó en su bolso
junto a un libro que entre sus
hojas me aprisionó.
Aquí estoy, ya enrojecido de
soledad sin que ahí viva el
corazón que mis aromas
embriagarán, perdido entre
estas hojas de frialdad
donde he venido a recalar.
PABEDIZ…
- Autor: pabediz (Seudónimo) ( Offline)
- Publicado: 27 de junio de 2011 a las 00:16
- Categoría: Sin clasificar
- Lecturas: 275
Comentarios3
hermosa letra
Encantadoras letras amigo
Un abrazo
muy bello poema amigo,}besos.
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