Señor hoy me confieso: a Ti llego, vacía
por no tomar mi cruz.
Huyendo de sus riesgos me envolví en cobardía
y desprecié tu luz.
En tu huella distinta, yo debí mantenerme
Íntegra y fiel a ti.
Cabal ejemplo diste para en él sostenerme
y orando persistir.
Pediste que extendiera la admirable noticia
de tu amor redentor,
vendando a los heridos con tu paz que acaricia.
Bálsamo sanador.
Te oí sin escucharte pues no te conocía;
rebelde a tu llamar.
El placer pasajero, mucho más seducía
incitando a pecar.
Con pomposa estrategia, planifiqué mil triunfos
basada en mi visión.
Esa cruel insolencia desfiguró mi rumbo.
Coseché decepción.
Soy la oveja perdida que buscando anhelante
a la cruz te guió,
y una gota brotada de tu flanco sangrante
hoy mi frente tocó.
Por eso ante tus plantas derramo mi fracaso
suplicando perdón.
No merezco tu Gracia; mas tómame en tus brazos.
Obra restauración.
Sé que sólo Tú puedes recoger mis pedazos
y lavar mi dolor.
Yo prometo solemne, seguirte a cada paso.
Tú serás mi Pastor.
- Autor: Monica Landini (Seudónimo) ( Offline)
- Publicado: 30 de junio de 2011 a las 19:58
- Categoría: Religioso
- Lecturas: 124
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