Cuéntame, amigo mío, lo que no quiero saber.
Cuéntame si se ha acordado de mí;
si pregunta, por casualidad:
"¿Y aquel muchacho que me ayudó una vez?"
Dime si ahora es de libre querer,
si ha trocado su corazón y parecer;
si, por mal aguero,
dió con su discresión y risueña
sonrisa en el suelo.
Cuéntame, amigo, lo que no me interesa.
¿Se ha vuelto acaso una diableza?
¿O siguen sus ojos viendo al cielo
esperando un perdido anhelo?
Háblame de su hablar, insinúa su mirar.
¿Sigue siendo hija de la indiferencia?
¿O en buenhora de su madre se
arrancó la deshonra?
En fin, no digas más, que no quiero escuchar.
Si mis oídos se han prestado a tanta mentecatez,
ha sido por llana y silvestre curiosidad.
- Autor: Gustav Steiner (Seudónimo) ( Offline)
- Publicado: 30 de junio de 2011 a las 23:34
- Categoría: Reflexión
- Lecturas: 68
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